SALUD Y ENFERMEDAD
Los conceptos de salud y enfermedad varían en función del paradigma utilizado, dependiendo de las explicaciones y supuestos sobre las mismas.
La medicina convencional entiende al ser humano como un cuerpo ya la salud y enfermedad como lo que expresa el cuerpo físico. En el proceso de curación el sujeto es pasivo y el tratamiento es externo a él. Cada vez se habla más de salud integral y tomamos conciencia de que la salud no se reduce a algo puramente biológico, sino que afecta a toda la persona, por lo que todas las intervenciones en salud deben tener la perspectiva integral, global y holística.
La perspectiva holística de la salud, considera al individuo como una unidad de cuerpo, mente, estados emocionales, patrones de relación y memorias energéticas que interactúan entre sí. De esta forma entendemos la salud y la enfermedad como un estado que experimenta la persona y no como expresión del cuerpo.
El síntoma o la enfermedad nos hablan de lo que sucede en nuestra vida, no sólo del cuerpo físico y nos ayuda a tomar conciencia de lo que ocurre a nivel inconsciente de nuestra existencia, invitándonos a realizar cambios en nuestra forma de ser y de estar.
El cuerpo físico está dentro de una envoltura energética, constituida por diferentes cuerpos sutiles; lo emocional, lo psíquico, lo mental y lo espiritual, los cuales están estrechamente ligados entre sí y cada uno tiene un papel trascendental en el hecho de enfermar.
Desde esa perspectiva no hablamos de curación sino de sanación entendida como un proceso activo por parte de la persona que experimenta el síntoma o la enfermedad. Además de acudir a los tratamientos de la medicina convencional, se trata de sanar la vida. La intervención no se basa en suprimir los síntomas, sino que trata de encontrar las causas que los generan.
La sintomatología que expresa el cuerpo es consecuencia del sufrimiento emocional que experimentan las personas mucho antes de que aparezcan las patologías, por lo que ignorar este sufrimiento o suprimir los síntomas con fármacos, lejos de ayudar a sanar, despistan o enmascaran la enfermedad reapareciendo de nuevo cuando suprimimos la medicación.
Las heridas emocionales, independientemente del tiempo que haga que se produjeron siguen afectándonos hasta que con un proceso terapéutico adecuado, dirigido y consciente las rescatamos y transmutamos.
Para recuperar el equilibrio y la salud es importante que el enfermo, sin prescindir de tratamiento médico alguno, se acompañe de un trabajo a nivel mental y emocional para mejorar la recuperación.